lunes

Intemperie




Si en cada ciudad o en cada pueblo notásemos
nuestra casa sin dolor,
si no existiéramos entre otras sombras
o no consintiésemos vivir como fantasmas,
veríamos un camino sencillo que atraviesa
este bosque oscuro que nos oculta,
y no el peligroso atajo donde la Ética, perdida,
anda diciéndose lo difícil que es hacer lo correcto.




Porqué la razón de un rebaño es juntar el miedo,
creer que morderán a otros y vivir al margen,
sin entender que lobo y oveja son la misma causa,


y resignarse es la intemperie.

Rebeldías (poema 13)

Mi indignación es sustrato de una rebeldía
frente a los estropicios del olvido
que somete a nuestra historia;
desprecio por los sumisos,
los obedientes, los gregarios
que no oponen a la hostilidad ambiental
la hostilidad de las palabras.

Yo tiendo a ser optimista en el sentido
de pensar que todo es empeorable,
así este poema avieso se sumerge en la apatía
porque tengo la impresión de ser testigo neutral,
negligente, frente al desbarajuste general
del movimiento de la raza,
del egoísmo de mis "hermanos".

Intento explicarme ciertas cosas
con una especie de mirada testamentaria;
sé que hay parte lesionada de un país propio
donde no significo nada,
y temo decir que pierde más significación
mi persona decente,
quizás siempre hubo un doble fondo
en la vida cotidiana, aunque no lo parezca,
el transfondo de la violencia por sobrevivir
que fragua en lo que somos,
la oligarquía absoluta de nuestra maltrecha naturaleza.

sábado

Prestados



Detrás de nosotros
el lugar cosido de gris del mundo,
plomo de bala
que al ocaso del sentimiento
disparó para rebentarnos el corazón,
gris mundo por la culpa.

Costa donde no reinábamos en nada,
lugar de los rostros,
seres llevados en su sombra
como bellos instrumentos guardados
en maletas negras,
quizás un día puedan hacer su música.

Quiero decir;
como brilla fuera de vuestro alcance
la plata de lo que sóis
en esta gran casa de grises prestamistas.

domingo

Extraños ©

Destellos de juventud escondidos
de la pesca rapaz del tiempo,
que con sus malas artes
desolò nuestra profundidad...
de regresar
sobre las dunas de tu pubis,
salina criatura que asoma mi imaginación
al vértice de tu espalda acantilada,
sus lunares, sus escamas,
de regresar
a su tacto,
por nuestros secretos
nos hemos tapado los ojos con monedas
para el Caronte de la rutina,
un zigurat sin fruta madura
a degüello contra lo que somos...

sirena lívida, de pechos secos,
tu caricia està sumida en los sacramentos
que dejaste.

Salvajes IV ©

Aquellas viejas estrellas, su viaje,
nacieron en este agua
que calmó toda sed,
existencia.

dieron argumentos de vida extraña,
nido caliente y luz,

besos de madre que nos robará la muerte,
árboles y clorofila,
brazos, trabajo y sangre...
ungüentos curativos,
escamas sin magia, ni mentira...

argumentos de vida extraña,
nadar.

dieron el conocimiento para la gran luz del día
se guardaron el misterio en un bolsillo de la noche...
lo pequeño que somos...
y lo grande de una sola Vida,

salvajes en su fermento del Ser y la Nada.


Polizón ©

Este hombre

no es una sombra donde se esconde,

ni la sílaba negra que da significado a una palabra atada.

No tiene un giro de cuerda en su espalda

que le quite sentir el mismo miedo de pararse,

no es un silencio hondo como el olvido,

ni un número sólo para trabajos forzados,

ni un sorbo invisible de luz que se refugiase

en los ojos miopes de la sociedad

que nos educó como un rebaño de lobos.

No es el frío de las manos

es un oleaje de deseos mojándolas...

es cualquiera que al tiempo se arrojó desnudo

dejando atrás la tierra propia

y la ropa vieja de los recuerdos que

como minúsculos soldados grises

ninguna mano hábil pintó su uniforme.

En esta bodega hay grandes cadenas

y la poca luz parece no respirar,

hay anclas ansiosas por desaparecer

a lo profundo y estático del océano...

hay un cuerpo desnutrido

en la fábula de la injusticia,

hay un hombre mirando absorto

la claridad de su sentido y

bebiendo la poca alegría que le queda

a sorbos cortos de superviviente.

Calada hasta el hueso su esperanza...

allí acurrucado a la costura del hierro

engendrado para sumergirse,

mira sus manos amantes hasta la tierra

en el acimut del tránsito...horizonte y orilla,

ramas de la piedad bajo el sol astillado

que escaso entra por un tambucho corroído,

mira los nudos negros que se ataron a querer aquí

con todo su sentido,

manos nacientes que han leído

lo que el cuerpo escribe a nuestro centro desnudo;

< Aún sea tu lucha palpar

a tientas la oscuridad con manos pobres,

no olvides agradecer cada día

que levantes tu signo de vida,...

siempre habrá un niño

que acune un pájaro

y le cure la pata rota,

...mantente vivo>

Mentira

Mentira,
falso permanecer
de símbolo dejado vacío en el espejo,
de extraño, cada mañana.
En corazón desvencijado
que arrasó su noche

y la vida
tras los párpados cerrados, de sol a sol,
va tejiendo el abrigo de la muerte,
donde parece que está todo quieto y frío
aún lates tú no el símbolo vacío.

Mentira,
un disparate
de sentir la mirada opresiva del pasado
y que los recuerdos dejen facturas cada viernes
en el buzón de la conciencia,
que no escribas poemas en la tela de araña del consumo
y vivas en un verso la tradición prohíbida de la rabia,
decirnos en el tiempo una y otra vez
que nos soltamos de la mano de dios...

porque la verdad de una historia
no es su forma de contarse
ni sus hechos
ni la propia verdad que la sustenta,
la verdad sería vislumbrar su alma.

Mentira,
una patraña
me dijo ser una moda pasajera
que siempre regresa a las perchas del abandono.




Poema

poema...

pluma cargada de futuro,

lo que nos ocurra sea escrito

en el papel de estos días repetidos

y nos deje manchas de tinta

en los dedos como experiencia

de haber sentido viva su enseñanza...

nos has sostenido

en el lenguaje extraño de la imaginación,

nos dirás el sol en que ardemos

y el sol en que podríamos arder

y no habrá diferencia,

ni desconfianza.

En la frontera de cuanto no es aquí

es hechizo trazado en el plano de la razón

y en el pico del sentimiento para perdurarnos,

no inventó su fuego para hacerse cenizas

no nadó una mar fúnebre para sumergir

cuerpos fríos tras una oración y hacia el miedo...

es un hombre que busca sentido,

un hombre que no recuerda nacer

ensangrentado de un vientre

ni sentirá su muerte...

poema inmortal

salvanos de la jaula del silencio

de nuestra propia nada.

Gravedad

Si he hecho descubrimientos invaluables

ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento.

Isaac Newton

vuela dulce manzana

que un vuelo así no te hunde,

te une

vas madura a rente del vacío

y buscas la tierra prometida

a viva imagen de nuestra vida,

es natural

tienes destellos de poder fotovoltaico

diamante puro de clorofila

que desciendes

en la ley maestra del Universo

ardiente y artesano

caes hacia el grial

de las erratas advertidas

a riesgo de dientes salvajes

o a pudrirte para inventar lo fértil,

caes y cierras el círculo de existir

aunque tu crees en la vida frutal

en flotación

a viva imagen de nuestra vida efimera,

es natural

Conscientes

En nuestra cabeza abierta brotó la flor rara de la conciencia.


La vida, lógica implacable con un motivo extraño,
cosecha de remordimientos inapagables
y cierto conocimiento de uno mismo que llega demasiado tarde;


hasta que se cierren los ojos en el simún del tiempo,

hasta el aroma del último de los silencios.

Empujados, por algo que ignoramos, buscamos nuestro límite desnudo;

como una piedra que golpea el silencio
mientras da saltos a flor de agua, hasta hundirse al fin,

La muerte, como un libro, no pregunta nada
pero contesta a todas las preguntas.

Vulgar

Debería ser fácil hablar de cuanta distancia separó mis sueños

de las imágenes gastadas y los cuerpos intuidos
para llenar el vacío de un mundo en la suma siniestra de una vida.

Siempre es más interesante una mala vida a una buena muerte;
no quiero que las horas me sirvan de pretexto
para morirme un poco más que antes,
¿Qué puedo hacer más que terminar derrotado?

Debería ser fácil hablar de uno mismo y decirlo
aunque bebas tus propias lágrimas,
que la estirpe de un semidios
mata inocentes para sentirse realmente solo;

aquel espíritu salvaje
que ardió en la falsa nostalgia
de los falsos recuerdos,
Decir que tuve suerte; me ame hasta el odio.

Dios breve

En la hierba del cielo, o del suelo de mi miedo

soy un pájaro humano que levanta el vuelo, fugaz,

con la cabeza incendiada, el cuerpo de humo,

la luz de mi sangre por las venas del tiempo,

siento cuando la luz no regresa

y mis días son un niño que cuida la pata herida

del pájaro en un escondite de inocencia,

en un tiempo sin tiempo, en el no de la luz,

y mis noches yacen en otra noche más oscura.

¿Cuanto de cierto arde en lo invisible?

Era yo, como vacío,

en la vida de la esquina,

en el tiovivo del destino volví sobre mis pasos

y borré las huellas irrepetibles

para no dejar rastro de lo que fuí aquí,

una piedra brillante que sale de la orilla

tras el naufragio celeste.

Curiosidad

(X)

Eras sólo una sombra,

y ya sentía tu poder, con todo.

Eras niebla que avanzó lentamente

el borde de un río de frenesí

y apagaba los ruidos de mi selva,

pasabas como un fantasma

y me quedaba secretamente aterrado

con que pasa volando el tiempo

en este primitivo apego a la existencia.

Eras la esencia que yace bajo mi superficie

sin esperanza en la materia.

Sombra del no saber eras un saber,

en la inocencia de un niño

inmune a las dificultades.

Años después entendí como tu nombre

me acercaba a los días de niño descalzo,

a la inconsciencia de la finitud.

Muelle

I

Recuerdo cuando íbamos al muelle,

como barcos viejos en la mar de su nada.

Venías como ruido de espuma en las rocas,

a golpe de luz,

tu desierta ola me mojaba desprevenido.

Decías no sé que de amor

que desplegaba antiguas velas aquí, trás la bocana,

había esperanzas en buen viento

brindamos por la muerte antes del viaje,

como surcando páginas de Stevenson.

Sentíamos que era difícil sacarnos lo que importa.

Nuestros ojos agua adentro

buscando donde naufragó la inocencia,

aquella transparencia que temimos perder

en la sangre de los brazos entrelazados,

nudos en un noray.

Aprendímos la amplitud de perdonarnos

y dejamos en silencio palabras,

en el fondo, sin rebeldía...

nubes a ras de agua un lenguaje de sal,

un grito sin humanos,

lo perdimos todo.

II

Hay huellas en nuestros rostros de hoy

que quedaron marcadas de marea alta

en los muros del muelle...

hasta donde hemos llegado sin faro,

cruzando la quieta destrucción

en la vida y la muerte que irradia el azar

y calcina nuestro viaje inacabado.

Humo espeso de un barco que zarpó

dejando atrás la mar rota de nuestra juventud.

Poemario "Especie" 1997

en el guerrillero
siempre el deseo
se mezcló
con el hambre
como voto
de ternura
hacia los animales
que devoran
a sus hijos
de alas
imperfectas.


Superviviencias

(VI)


La vida no es más cosa

que una lógica implacable con un motivo extraño,

cosecha remordimientos inapagables

y cierto conocimiento de uno mismo

que llega demasiado tarde...


pero empujado por algo que ignoro

busco mi límite desnudo

como una piedra golpea el silencio,

miro a mi alrededor con los ojos relucientes

de un cielo en llamas pero oscuro

para la comprensión de mi debilidad,

y aquí estoy despreocupadamente vivo

en la virtud de una audacia irreflexiva,

de una fascinación que me mantiene ileso.


Volcánico

Como un volcán tengo dos tiempos atados;

uno en obediencia a yacer en fuego,

otro a la palabra hábil que me enraiza en este malpaís;

Existencia.


Aquellos primeros pasos ardieron

serpenteando un camino de creación...

y ellos, ahora desconocidos,

fueron mi primera soledad

en un mundo branquial que me respira

avivando este fuego,

me amasa en la lava cruda,

me abre al cuerpo manuscrito de lo vivo

después de la ceniza en la luz sin tiempo.


Se deshacen los pasos de humo

que hasta aquí me han traído,

soy una lava que prende en quién la mira,

nadie escapa de su propio transcurso,

me enfrío y nace la retama, la violeta,

vendrá la abeja.


Existe un tiempo que me contiene en el vacío...

donde comienza el mundo,

donde sé por qué lloro o si alguien me escucha,

donde habita agua en mis labios mientras todo arde,

donde cada noche viene un cielo que no trae ninguna respuesta,

sin embargo está allí, espera mi mirada silenciosa,

la necesita.

Naufragio de un padre

Hay golpes de timón y derrotas

en un hombre que cae sobre su tiempo

y se siente perdido de sí mismo

en una espesa niebla...


tantas noches de sueño y camarote dejaron

un hueco a lo que en ellas fue,

y sufrir la espera que navega en la añoranza

construyó lo que fue en ese hueco;

una juventud perdida en libretas de embarque

y pasaportes que guarda en la mesa de noche

no sé si por temor al olvido

o por miedo a no saber que perdió en ellos.


Yo vine a mirar en esta juventud su fría oscuridad,

enciendo un fuego para calentarme y verme contigo...

vengo a un muelle donde un barco encallado

se mece sobre el filo de sus años,

sus chimeneas destrozadas dicen todo lo que se desvanece,

te abrazo como aquel niño que no escuchó tus cuentos

para dormirse, quizás, ahora escuche tu miedo.


camaradas

Hoy pienso en los viejos amigos.

Les miro desde este presente difuso como una alucinación.

Son bellos camellos que hacían pequeño al desierto,

ellos encontraban mi oasis.

Todo se mueve pero nada cambia

en la engañosa lentitud de nuestro tránsito.

Hicimos con palabras un juramento de sangre, de vida...

fuego de nuestra juventud.

Engañosa lentitud...

velocidad imperceptible

lo más triste que tenemos es esa fuga.

He de reconocer que existe una enorme distancia (no física)

que separa a las personas.

Desconocidos que lo saben todo de mi...

hoy ofrecen su vela gastada, la poca luz de los recuerdos felices,

a alguien que necesita lo que ha perdido,

algo que quizás nunca tuvo.

Cenizas

(XII)

¿Existirá una resurrección en todo aquello que nos mutiló el tiempo?
Con su rito sedimentado sin aplauso sobre los escenarios del día a día,
con el arte de tu símbolo vacío hasta el fondaje del aire.

Y en la gaveta de lo imposible
buscamos una llave vieja que abre la puerta del olvido,
nosotros los que mantienen la esperanza de ser útiles;
hay un botón que abrocha la nada
donde reconoces que te has guardado en este oscuro sitio,
hay un viejo souvenir que alguien trajo y no recuerdas quién.

Seguirás, pese a todo,
sucediendo en un ayer de pan duro
y luz débil en la sombra de un sueño...
en la gaveta; una araña teje recuerdos.


II

En un viejo mapamundi
tendrás la vastedad del olvido
y si fueras un hombre reconocerías
que habita en tu interior la oscura sospecha
de una verdad despojada del manto del tiempo
y un necio que ahora mira y se estremece...
un hombre que no sabe
ni puede luchar contra la memoria
con su palabra de certidumbre.


Cosmogonías desfondadas de abarrotados ojos
que cortaron tus noches con el filo mellado de otro tiempo...


Sargazos

Como un sargazo

que flota a la deriva de lo ingobernable

sólo existe en mi memoria

un camino que puede atravesar

la marea que me oculta.

La mar del arrepentimiento

mueve su telón de agua

para hundirme en la más oscura profundidad,

la danza antigua de los tiburones

bajo el agua dice como todo se mueve

pero nada cambia.

Son tantos años varado

a la añoranza traicionera

de un origen y al trasluz de sentir

que soy carne dañada.

II

Amanecí en la arena húmeda,

desconocida playa

con mi cuerpo inventando su muerte

al compás de la marea.

Superviviente que se ofrece

una vela y toda su luz,

igual que si necesitase algo

viendo como se pierde.

Abrí los ojos.

Con el cañamo de voluntad

por cambiarme

amarro troncos de palmas

para ser el valiente que atraviesa

con un fantasma a flor de agua

el invisible rompiente de la soledad,

y sus peligrosos corales

que asoman viejas deudas,

el valiente fantasma rumbo

a otra maldita orilla

donde romperá la ola de sus tabúes.

Las máscaras que nos marchitan




Como si fueran jareas

que el sol y la sal abrasan,

he colgado una a una

mis máscaras en el secadero.

Estoy en casa.

Las máscaras son cuchillos de mi instinto

necesario en la calle, me consuelo,

aunque sinceramente las odio,

han robado mi inocencia,

¿Qué pureza me queda

en el laberinto del futuro?

Y me invade un reposo amplio

dejándolas en el salar que las conserva,

son animales sigilosos

que cazan en mi otro desierto,

son hijas de una piedra

que el viento del desamparo pule

y afila mis miedos.

Quieto como un zorro escondido

las miro...

sé de mi rechazo y del recelo,

ellas saben que no tengo huevos

en esta selva de puta vida

que quema la tierna vegetación de lo ético,

su rico verdor

y todo es gris ceniza.

Temo de mí el espanto,

el fantasma que pasea las velas,

el cascabel de la muerte

que en mi sombra grita,

no hay máscara para este miedo,

sino a pelo.

Vieja

I

Arden los tiempos,

una lluvia de ceniza invisible

por toda la cuidad

restos de horas y horas,

y ella siempre barre la existencia del día,

en su trozo de acera,

mientras dice que así, uno tras otro,

se creó el mundo,

sabiduría simple que

en la luz de la farola de su fachada

trepa como un dulce ser.

Ella cierra su vieja puerta,

y me dice para qué temer

si en el recodo del patio

queda de mí apenas una sombra.

II

Come con dificultad el pan de existir,

su cuerpo de pan duro

en las fauces del hambre

que le arrugó la piel

y su dulce caricia de silencio que despierta

tras las mantas de un recuerdo,

aquel hombre del que me habla

cuando me para en la calle

mientras yo soy la sombra de mis cosas,

...no hay hombres como los de antes, dice.

Aquel hombre, hace ya mucho,

camina ahora, rumbo al horizonte

sin más amor que el de las piedras y la tierra

aquella alcoba plena, recuerda,

y su hombre arde en su caricia de silencio,

arde su alcoba rota en el baile de la luz,

trepa un dulce ser en sus sabios viejos

ojos de mujer.

Harina



Amaso una harina pobre,
alimento de mis preguntas,

y estos ojos míos, perdidos,
rinden su claridad
a la pobreza de lo simple,
así se nutren mis esporas
en el vacío,

que yo, en un verso-levadura,
me elevo a pan con el fuego,

a simple pan.

Las horas, la vida, son manos
que amasan harina inocente,
y que hacen mis preguntas
pan duro.