domingo

Sargazos

Como un sargazo

que flota a la deriva de lo ingobernable

sólo existe en mi memoria

un camino que puede atravesar

la marea que me oculta.

La mar del arrepentimiento

mueve su telón de agua

para hundirme en la más oscura profundidad,

la danza antigua de los tiburones

bajo el agua dice como todo se mueve

pero nada cambia.

Son tantos años varado

a la añoranza traicionera

de un origen y al trasluz de sentir

que soy carne dañada.

II

Amanecí en la arena húmeda,

desconocida playa

con mi cuerpo inventando su muerte

al compás de la marea.

Superviviente que se ofrece

una vela y toda su luz,

igual que si necesitase algo

viendo como se pierde.

Abrí los ojos.

Con el cañamo de voluntad

por cambiarme

amarro troncos de palmas

para ser el valiente que atraviesa

con un fantasma a flor de agua

el invisible rompiente de la soledad,

y sus peligrosos corales

que asoman viejas deudas,

el valiente fantasma rumbo

a otra maldita orilla

donde romperá la ola de sus tabúes.

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