Hay golpes de timón y derrotas
en un hombre que cae sobre su tiempo
y se siente perdido de sí mismo
en una espesa niebla...
tantas noches de sueño y camarote dejaron
un hueco a lo que en ellas fue,
y sufrir la espera que navega en la añoranza
construyó lo que fue en ese hueco;
una juventud perdida en libretas de embarque
y pasaportes que guarda en la mesa de noche
no sé si por temor al olvido
o por miedo a no saber que perdió en ellos.
Yo vine a mirar en esta juventud su fría oscuridad,
enciendo un fuego para calentarme y verme contigo...
vengo a un muelle donde un barco encallado
se mece sobre el filo de sus años,
sus chimeneas destrozadas dicen todo lo que se desvanece,
te abrazo como aquel niño que no escuchó tus cuentos
para dormirse, quizás, ahora escuche tu miedo.
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