domingo

Dios breve

En la hierba del cielo, o del suelo de mi miedo

soy un pájaro humano que levanta el vuelo, fugaz,

con la cabeza incendiada, el cuerpo de humo,

la luz de mi sangre por las venas del tiempo,

siento cuando la luz no regresa

y mis días son un niño que cuida la pata herida

del pájaro en un escondite de inocencia,

en un tiempo sin tiempo, en el no de la luz,

y mis noches yacen en otra noche más oscura.

¿Cuanto de cierto arde en lo invisible?

Era yo, como vacío,

en la vida de la esquina,

en el tiovivo del destino volví sobre mis pasos

y borré las huellas irrepetibles

para no dejar rastro de lo que fuí aquí,

una piedra brillante que sale de la orilla

tras el naufragio celeste.

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